




Sobran homenajes para este mítico equipo que jamás bajó a la segunda división de la historieta nacional, creado por el prolífico maestro Guido Vallejos. Barrabases es uno de los íconos de nuestro ser nacional, junto al Doctor Mortis, Condorito y Mampato. “Revista "Barrabases", la primera historieta deportiva para niños”, rezaba la publicidad que acompañó por largos años a la ya mítica publicación. La historia oficial comienza en 1954, cuando el joven dibujante y guionista, Guido Vallejos Pacheco, logra, el 26 de agosto de 1954 (aún cuando hay otras fechas que también se mencionan), publicar a pulso una revista sobre un equipo de fútbol infantil. En la actualidad está casado con Gabriela Oportot, con la que ha tenido cinco hijos. Vallejos, luego gran empresario de la historieta, nació el 5 de febrero de 1929, en Copiapó, y ya desde chico dibujaba, principalmente sobre temas bélicos. Ya en Santiago, vive en Quinta Normal y estudia en el Liceo Miguel Amunátegui. En 1945, vislumbró la historieta que lo haría famoso cuando, al ver jugar a sus compañeros de escuela, decide dibujar una historia llamada "El Cometa". Años después, mientras trabaja como corredor de propiedades, va moldeando los personajes, a lo largo de 6 ó 7 años, según recuerda en algunas entrevistas. Esta larga preparación la podemos comprobar revisando algunos números de la revista deportiva "Pichanga", dirigida por Pepo entre 1948 y 1949, donde aparecen algunas de sus colaboraciones. Hernán Escobar, publicista, dibujante y guionista, recuerda: "En 1954, junto con otros jóvenes colegas, formamos una modesta agencia. Arrendábamos una oficina en calle Santo Domingo y la persona que nos cobraba el arriendo, un tímido joven, nos pidió opinión sobre unos “monitos” que dibujaba. Se trataba de una historieta con personajes cómicos que jugaban fútbol. Nosotros lo alentamos a realizar su proyecto. Nos gustó que también buscará ser independiente. Todos éramos jóvenes y deseábamos hacernos un futuro en lo que nos gustaba: el dibujo. Así fue como Renta Urbana perdió un cobrador y Guido Vallejos sacó adelante Barrabases Fútbol Club." Aparentemente, los personajes de Vallejos, aparecen primero en una “tira” del diario "Los Tiempos", información que no hemos podido verificar, pero que es ratificada por siendo el señor Charles Bown, periodista y asesor del primer "Barrabases". Lo que si sabemos con certeza es que Guido Vallejos se arriesgó con "Barrabases" y editó 10.000 ejemplares, que se vendieron completamente, a pesar de no contar con mucha publicidad. Merced a su perseverancia, Vallejos erige Ediciones Guido Vallejos y consigue la edición y distribución de Zig Zag. La revista se distribuye en blanco y negro con periodicidad quincenal y luego semanal. En 1962 cambia de formato y se imprime a 4 colores e incluye una fotonovela. Llegan a editarse aproximadamente 171 números. El equipo lo capitanea Pirulete. Otros jugadores son: el arquero Sam, Guatón, Torito, Palmatoria (un negrito brasileño que fue un encarnizado contrincante del club antes de pasar a formar parte de sus filas), Pelusa, Roque, Mono, Ciruelo, Bototo, Chico, Pelao, Cañoncito, etc. Otros personajes constantes son los comentaristas deportivos, Matraca y Cegatini, quien con sus característicos lentes, su seseo al hablar y su indisimulada pasión por Barrabases es una historia aparte. La galería de personajes se completa con el infaltable quiltro chileno: Rasca, el perro mascota del equipo, que en más de una ocasión los salvó de algún grave peligro. Los hinchas se reunían en el Café de don Pepe a escuchar los partidos por radio. La seguridad de Villa Feliz estaba a cargo del Cabo Matamala y de su ayudante Manguera. No olvidemos al infaltable vendedor del estadio, el Lipiria, con unos no muy santos productos. Todos personajes con características especiales, lo que da gran dinamismo a la historieta. Guido Vallejos crea un mundo con los personajes, que en sus primeros años compiten con equipos verdaderos e incluso llegan a la Copa Libertadores. Siempre con el fútbol como tema central, ya sea jugando en su estadio o como visita en otros países o en localidades chilenas, sus aventuras de sano humor, enseñanzas de juego limpio, no siempre están llenas de triunfos. En algún momento, hasta descienden a segunda división, según recuerda Vallejos en algunas entrevistas, lo que ocasionó una baja en las ventas y el obligado ascenso del equipo. En estos primeros años, la historieta del equipo es la central, ocupando más o menos la mitad de las páginas. El resto se completa con pequeñas historias de cualquiera de los personajes, de una a cuatro páginas. El personaje fijo más importante en la revista, aparte de Barrabases, es “Máximo Chambonez” de Themo Lobos. Chambonez es un fanático de los deportes que desata las mayores calamidades en su intento por lucirse siempre con la ayuda de su abuelo y para desgracia del alcalde del pueblo. Themo Lobos también contribuye con las historietas “Cucufato”, un torpe arquero de fútbol, y “Cicleto”. Según el propio autor, su personaje “Máximo Chambonez” surge de la necesidad de dibujar una historieta deportiva para trabajar en Barrabases y de su absoluto desconocimiento del tema. Otros dibujantes regulares de la revista Barrabases son Renato Andrade, Nato, con “Pituto”, un niño futbolista y “Fanatincha”; Luis Goyenechea Zegarra, Lugoze, aporta con un árbitro, “Don Pitín” y un boxeador, “Paquetón, el peso pesado”; Leoncio Rojas, Leo, dibuja al boxeador “Castañita” y una serie didáctica, “Hurgando el deporte”; Víctor Arriagada, Vicar, presentaba a “Locutín” y Rafael Martínez a “Cronisto”, un entrenador. El argentino Mazzone presenta a “Pilotín”, un corredor de automóviles, y el propio Guido Vallejos contribuye, además con “Bocinita, el as del volante”. No podemos dejar de mencionar a Ismael Ballesteros que dibuja una serie de unitarios de aventuras deportivas de carácter serio, sobre box, polo, basketball, etc. El dibujante Abel Romero colaboró, a fines de los cincuenta, con historietas sobre motociclismo y boxeo. Aparecieron también en Barrabases, sin tener tema deportivo, “Hipólito y Camilo”, de Vicar, y la presentación de dos historietas norteamericanas: “Daniel, el travieso” y “El conejo de la Suerte”. La revista llega a tener distribución latinoamericana y una venta de cientos de miles de ejemplares. Características llegarían a ser sus fotos de jugadores, biografías de deportistas y el personaje incógnito. Sus colaboradores de entonces le reconocían a Guido Vallejos que pagaba por sobre la media de la época y que acreditaba a cada uno de los autores, cosa poco común por aquellos años. Flavio Rojas, hijo de Leoncio Rojas (Leo), uno de los grandes dibujantes de entonces, nos cuenta que "En vida, a mi padre lo unió una gran amistad con el dibujante Don Guido Vallejos. Nuestras familias tuvieron una entrañable amistad de una vida entera. Mi papá colaboró durante muchos años con la revista de Don Guido, "Barrabases". También fueron muy amigos con el dibujante Pepo, Fantasio, Themo Lobos, Lugoze, y en algún momento con Jimmy Scott, y también con Julio Martínez. Fue tan compacto este grupo de dibujantes y periodistas, en términos de su amistad que, en algún momento, Walt Disney, en gira por Chile, le ofreció a mi papá hacerse cargo de Walt Disney Productions, para América Latina. Ello habría significado movernos a Caracas, Venezuela, y mi papá le dijo que no. En parte, el que mi papá haya desistido de la oferta de Disney se explica porque ello también habría significado dejar a ese grupo de dibujantes con quien había cultivado una amistad muy profunda." Guido Vallejos, transformado en un gran empresario, crea diversas revistas, como "El Pingüino", de humor picaresco; "Mi vida" de espectáculos; "Flash", revista periodística; "Novedades; "Cine Amor", en el ámbito de las fotonovelas; "TV Guía", con noticias del espectáculo, etc. “El Pingüino”, inspirada en la desaparecida "Pobre Diablo", aprovecha los canales de distribución de Zig-Zag, tanto en Chile como en Argentina, y nace en agosto de 1956. Su humor es picaresco, con historietas, fotos, cuentos, chistes, entrevistas en broma e informaciones de espectáculo. La revista mantiene, desde un principio, a un selecto grupo de dibujantes chilenos y algunos argentinos, lo que es una fuente fija de ingresos para muchos de ellos durante más de una década, con gran libertad artística y un humor típicamente chileno. En la publicación nacen o se consagran grandes dibujantes, como Nato y Themo Lobos en temas infantiles, Pepo y Lukas en humor, etc. Otros se mantienen en lo picaresco, como Percy. En los 60, surgirá un humor más intelectual y de crítica social, con gente como Hervi, Alberto y Jorge Vivanco y José Palomo. La mayoría de los personajes creados en “El Pingüino” sólo giran en torno al chiste corto y picante. No cuentan con mayor estructura ni alcanzan a desarrollar sus personajes, salvo "Alaraco", de Themo Lobos, y "El Huaso Ramón", de Vicar, los que han sobrevivido en el tiempo. Guido Vallejos, contribuye, desde el N° 1, con "Cogo y Terito", dos estúpidos y simpáticos asaltantes, que pasan a formar parte del inconsciente popular. Lamentablemente, se produce un periodo moralista, a mediados de los sesenta, y hay problemas con la justicia. “El Pingüino” es acusada de ofensas a la moral, lo que le ocasiona a Guido Vallejos un largo proceso, del que finalmente es absuelto, pasando su caso a la jurisprudencia. Probablemente producto de esta situación, Ediciones Guido Vallejos deja Zig-Zag y, en 1964, llega a un acuerdo con Editorial Lord Cochrane que se hace cargo de la distribución. Las fotos y audacia de la publicación aumentan, transformándose en La Revista de las historietas cómicas y las chicas hermosas. En el año 1967, se hace cargo de la dirección Alberto Vivanco y de la subdirección su hermano Jorge, el conocido Pepe Huinca. Las portadas están a cargo de Alberto Vivanco, Themo Lobos, Mateluna y Hervi. Aparecen revistas dentro de la revista, como "Caperucita, revista para niños grandes", con más fotos de mujeres y más páginas. Antes ya había aparecido una pequeña revista como suplemento, "El Pingüinito". En 1968, aumenta no sólo el número de páginas, sino también el formato y, en 1969, la revista es vendida a Percy Eaglehurst, quién se convierte en su director, pero no mantiene colaboraciones de importancia. Luego de largos años, Barrabases vuelve con gran fuerza en febrero de 1970. La revista es en color, mensual, tamaño estándar 26x18. Impresa y distribuida por Editorial Quimantú y, luego, por Editorial Gabriela Mistral, siempre bajo la dirección de Guido Vallejos, se edita hasta 1975. Mantiene los personajes y el esquema, llegando a circular también en México, gracias a la popularidad del futbolista Carlos Reinoso, que la hizo conocida en esas tierras mientras desarrollaba su carrera profesional. Se dice que alcanzó un tiraje de 250.000 ejemplares. Un personaje nuevo de la revista fue “El Profesor Hipo”, probablemente de Nato, que apareció bajo firma de Guido Vallejos. Un gran aporte para la revista fueron los dibujos de Alberto Vivanco, junto a otros dibujantes. Para muchos, esta fue la mejor época de la revista. Ante el éxito de la revista, Guido Vallejos, en sociedad con Ediciones GV (de Fernández, Alomar, con impresión en Litografía Fernández), publican, entre 1970 y 1973, la revista "Viejo Verde", en cuyo equipo figuraban grandes dibujantes, como Quino, Nadal, Gin e Iñigo, entre los extranjeros y, entre los chilenos, Vicar, con la serie "Viejo verde", un anciano elegante y mujeriego; Themo Lobos, con el ángel "Celestino" y con "Alaraco"; Nelson Soto con "Supersexi", una heroína en ajustada malla azul, muy liberal; Samuel Gana, Sam, presenta a una hippie llamada "Flor"; Jorcar dibuja chistes en contratapa; Fantasio aporta con sus personajes; Néstor Espinoza con el inventor "Pique Bang”; y los chistes de humor negro de Palomo, Jimmy Scott y Edmundo Pezoa. La bonanza continúa, permitiéndoles publicar, también en 1970, "Brujerías de Vampirella", revista de terror que, a diferencia del "Doctor Mortis", utiliza material extranjero de la Editorial Warren (Creepy, Eerie y Vampirella). La revista es mensual, a color, 32 páginas, alcanzando a aparecer sólo 4 números. Las historias, originalmente en blanco y negro para eludir la censura del Cómic Code Authority, originado en Estados Unidos post Macarthy, se colorearon en Chile. Vallejos, por la misma época, 14 de octubre de 1970, edita la revista “Cosquillas”, la revista de las chiquillas lindas, las tallas buenas y los chistes sexipeludos, que alcanza los 63 números. Hay autores españoles, como Gin, en portadas y con las tiras "Ladrillo", "Carlota" y "Denisse"; y González, con "Pamela". Los chilenos que participan son Nelson Soto, con "Supersexi"; Vicar con "Rosalía, la empleadita caballa"; Themo Lobos, con "Dolchevito"; "Bikini Cat", una heroína muy sexy y con historias sobre diferentes periodos históricos, sin autor reconocido; Palomo con "Lady Lujuria" y "Pepe Casi"; otras historietas anónimas son "Funnie Girl", sobre una joven hippie, y "Ringeling Starr", sobre un músico de rock. Al cierre de todas estas revistas, en 1976, Guido Vallejos asume como gerente de revista "Vea" y luego incursiona en el área hotelera. Años después, la revista "Barrabases" presenta su tercera época, entre 1978 y 1981, con menos éxito y por menos tiempo, siempre con Guido Vallejos en la dirección y con los mismos personajes. Impresa en Editorial Gabriela Mistral, revista quincenal a todo color. Pasan años en que la producción de revista decae y Vallejos se mantiene en el negocio hotelero, con el "Hotel Foresta", en el centro de Santiago, al lado del Cerro Santa Lucía, lugar de reunión de dibujantes de la vieja guardia. En 1989, vuelve a lanzar dos revistas, una de humor político, "El Loro" y, por supuesto, "Barrabases". La revista "El Loro", la política a todo humor, de ediciones G y G, de Guido Vallejos y su hijo Gabriel, publica 26 números entre 1989 y febrero de 1990. Dibujan en ella Carlos Cárcamo, que firma Calmo, Patricio de la Cruz, Carlos Miranda, Guivar, Basureo, Aza, Devilat, Guidú, Carso, García, Nilson, Landrú y el argentino Fontanarrosa. Escriben Galo, Ernesto González, Alex Estay, Donald Bello y Juan Bley. Destacan Carlos Sotomayor, Carso, con "Don Pato", "El Chasquilla" y "Tío Lico", parodiando a cada uno de los candidatos a la presidencia. Carlos Miranda dibuja "Mi general", Javier Devilat a "Helmut". El 12 de abril de 1989, se inicia la cuarta época de "Barrabases", la de más larga duración en estos 50 años, con más de 200 números, distribución de Alfa Ltda. y bajo la firme dirección de Guido Vallejos. Los guiones están dirigidos a un público infantil más infantil y los dibujos no alcanzan la calidad del pasado. Guido Vallejos, ya no cuenta con el equipo de colaboradores de antes y los dibujos y guiones los hace él mismo, ya que las revistas no dan dinero, según señala por aquellos años. No obstante, destaca el trabajo del gran dibujante Nelson Soto, como anónimo participante del proceso de creación. La magia de Barrabases llega a los dibujos animados para televisión, durante el Mundial de Francia 98 y muchas veces se ha rumoreado su paso al cine, sin que se concrete el proyecto. En la actualidad, pese a que los números salen cuando Guido Vallejos quiere o puede publicar, su presencia esporádica en kioscos permanece, y para los 50 años de la revista se esperaba un número de aniversario, con el enfrentamiento entre "Barrabases" y los galácticos del "Real Madrid". Larga vida a Guido Vallejos Pacheco, por la enorme cantidad de revistas, que nos regaló, y larga vida también a "Barrabases”, por los inolvidables momentos que nos hizo pasar en nuestra infancia y juventud y, por que no decirlo, cuando volvemos a leer esas viejas revistas en nuestra madurez.
Mauricio García Castro
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